Una mesa de ping pong, una suscripción a una app de meditación, una tote bag con el logo. Todo suma. Pero… ¿es eso lo que realmente hace que alguien quiera quedarse en tu empresa?

El employer branding va más allá de lo bonito. Tiene que ver con cómo se siente tu equipo cada día. Y una de las formas más potentes (y subestimadas) de fortalecerlo es a través de un beneficio tan humano como efectivo: la comida.

Employer branding no es solo imagen. Es experiencia diaria.

Tu cultura no se construye en la página de “Trabaja con nosotros”, se construye en el día a día. En cómo cuidas al equipo, en los gestos que demuestran que entiendes sus necesidades.

Subvencionar la comida, ofrecer opciones saludables, tener variedad semanal… es un mensaje directo de “nos importas”.

Cuando un empleado ve que su empresa invierte en que coma bien cada día, el mensaje que recibe no es solo “te alimentamos”, es “te cuidamos”. Y eso fortalece el vínculo, crea sentido de pertenencia y convierte tu empresa en un lugar donde apetece estar.

¿Y si además es flexible y con ventaja fiscal?

Este tipo de beneficios no solo tienen impacto emocional. Tienen impacto financiero. La retribución flexible aplicada a la comida permite subvencionar parte del gasto con beneficios fiscales. Traducido: más valor para el empleado, sin más gasto para la empresa.

En Kombo, ayudamos a configurar esta opción de forma sencilla y personalizada.

Lo que otras empresas ya están haciendo

Cada vez más empresas (especialmente en entornos tech y creativos) están priorizando beneficios tangibles frente a perks simbólicos. La comida, cuando se gestiona bien, se convierte en una palanca real para la atracción y la retención del verdadero talento.

Y sí, también ayuda con la presencialidad: hay quienes no vienen por el café gratis, pero sí por un buen poke de salmon.